Me encanta el ronroneo interminable de mi gata Princesa durante las
tardes de invierno, el sabor del gazpacho muy frío en la penumbra
del comedor al volver de la playa, el color del cielo al atardecer...
Los libros de Agatha Christie durante las siestas de agosto, las
ensaladas de bar, dormirme con el rumor de las olas, las sábanas
limpias secadas al sol, el tacto de la piel de las piernas cuando se
han llevado unos vaqueros muy ajustados, una merienda de tortitas con
nata una tarde lluviosa en Madrid, el camino del Clotal de Oliva a
finales de mayo, escuchar Imagine de John Lennon a 432Hz, los besos
furtivos y apasionados en las escalinatas del Museo del Prado, y una
de esas miradas que lo dicen todo sin mediar palabra.
Me gustan los mercadillos navideños, el ladrido lejano de un perro en la noche estrellada, los farolillos de feria, el crujiente sonido de la espuma al retirarse las olas, el rasgueo de una guitarra española, el confort de un cucurucho de castañas asadas una tarde de otoño, y el placer de tu compañía a todas horas.
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