viernes, 20 de marzo de 2009

Samuel y Roqui

Samuel vive en un pueblo de Castilla. Es un lugar encantado que llevaré siempre en mi corazón. Aquí he vuelto a ver los álamos del río. Yo no lo sé, pero cuanto más los miro, más me parece que están rezando una plegaria perfecta de gratitud y elevación. También he visto a la olma centenaria que habla sin palabras, de aceptación y de fortaleza...Y la fuente de la plaza, con su pilón y su caño solitario, un universo de claridad, abundancia, y frescura...ese rincón bajo las ramas protectoras donde siempre volveremos para conversar. Samuel tiene nueve años. Corre, libre y salvaje, por estas colinas de tierra roja, donde ahora verdean los trigales, las flores de los frutales perfuman el mundo, y se aparean las perdices en los carrizos de la ribera. Él ama este lugar totalmente, sin poesías, desde el corazón. Pero por encima de todo ama a Roqui, un perro que encontraron, flaco y ensangrentado, y que se ha recuperado milagrosamente por efecto del cariño. Estos días hemos ido con Samuel y Roqui a una fuente de la dehesa donde abundan los renacuajos. Roqui es joven y ahora está fuerte y es rápido y está vivo. Quiere correr, y sobre todo quiere jugar con Luna, una cachorra de seis meses que lo invita con cabriolas y brincos de pura dicha. Pero Samuel tiene miedo. No lo quiere perder. Se aferra a la correa que sujeta al perro con una desesperación y una contumacia, que sorpende en un niño de su edad. El perro tira, se retuerce, casi le arrastra, pero él no cede. Al final, el paseo está siendo una tortura para todos. Insistimos para que lo suelte, trato de convencerlo con un argumento lógico que no puede ser ignorado por una mente abierta y libre como la suya. Le soltamos, pero el pánico es tan, tan enorme, que ha perdido el interés por la caza de renacuajos. Se ha ido- me dice con lo ojos desorbitados. No se ha ido, sólo está jugando con Luna-trato de tranquilizarlo, pero es inútil. Vuelve a atarlo. Regresamos al pueblo. Está anocheciendo y yo, lentamente, devuelvo toda esa escena a mi mente ¿Qué es ese Algo salvaje y libre y vivo y absolutamente inocente, que tan desesperadamente estoy tratando de retener?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

GRACIAS PAZ, por tu entrada de Samuel y Roqui. Me ha hecho llorar al reconocer esa verdad que es tan TRISTE (aparentemente).
Te quiero. Eres una auténtica poetisa del corazón.
Isi

Anónimo dijo...

Gracias Pacielo.Eres un hada de las palabras,porque eres la inocencia de sentimientos.Te amo.

Juan Sín Nombre dijo...

Es mi propio miedo a perder "mis" creaciones, a quedarme solo, a reconocer lo que soy.

Me muestra como me aferro a las ilusiones y como me engaño a mi mismo y me quito la libertad.

El mundo entero nos habla continuamente, y nos recuerda de donde venimos.

Un gran abrazo hermana

Anónimo dijo...

Quizá seas capaz de poner la fuente de las letras más grande, lo que no creo que puedas es ser más clara.....Me encanta esta entrada, yo también he llorado al leerla.
Te amo
Ajo