martes, 21 de julio de 2009

Volar más alto


Por fin; Juan voló con igual velocidad hacia arriba en un giro lento y vertical.


Giraron con él, sonriendo.

Recuperó el vuelo horizontal y se quedó callado un tiempo antes de decir:

-Muy bien. ¿Quiénes sois?

-Somos de tu Bandada, Juan. Somos tus hermanos.-Las palabras fueron firmes y serenas-. Hemos venido a llevarte más arriba, hemos venido a llevarte a casa.

-¡Casa no tengo! Bandada tampoco tengo. Soy un Exiliado. Y ahora volamos a la vanguardia del Viento de la Gran Montaña. Unos cientos de metros más, y no podré levantar más este viejo cuerpo.


-Sí que puedes, Juan. Porque has aprendido. Una etapa ha terminado y ha llegado la hora de que empiece la otra.

Tal como le había iluminado toda la vida, también ahora el entendimiento iluminó ese instante de la existencia de Juan Gaviota. Tenía razón. El era capaz de volar más alto, y ya era hora de irse a casa.

Echó una larga y última mirada al cielo, a esa magnífica tierra de plata donde tanto había aprendido.

-Estoy listo- dijo al fin.

Y Juan Salvador Gaviota se elevó con las dos radiantes gaviotas para desaparecer en un perfecto y oscuro cielo.

2 comentarios:

Paqui dijo...

Produce un recuerdo tan claro, con tanta fuerza y de una forma tan sencilla...Otro de nuestros Guias Juan Salvador. Gracias.

anonimo dijo...

gracias, es tan fácil de comprender y tan bonito como un cuento de niños.
un abrazo preciosa.