sábado, 21 de diciembre de 2019

Celebrando el solsticio




Paisaje invernal. Prádena, Segovia, España, diciembre 2019

Antes de que las sucesivas revoluciones industriales y tecnológicas alejaran al hombre cada vez más de su conexión con la tierra y la naturaleza cíclica de la vida en el planeta, en este día se celebraba la gran fiesta conocida como Yule por los pueblos celtas. Era el momento de festejar el regreso de la luz y el final de los meses oscuros.

A partir del 21 de diciembre, momento en que la luz del sol llega más oblicua a la tierra, los días empiezan progresivamente a aumentar su duración y ese fenómeno astronómico era recibido como un evento sagrado de gran importancia en la vida humana.

En nuestras artificialmente iluminadas sociedades modernas, en las que el proceso de secularización parece haber culminado, no hay apenas espacio para considerar el significado profundo de los ciclos. Sin embargo, éstos no son sólo meros sucesos naturales, sino movimientos del Alma, que siente una profunda pérdida por la desconexión artificial de la Vida.

Así que ahora, después de habernos desprendido de lo que ya estaba caduco durante el otoño, hoy entramos en el periodo invernal con consciencia y respeto. Los días fríos y las noches largas invitan al recogimiento y a la introspección  que permitirá que lentamente madure la semilla que queremos que florezca la próxima primavera.

Con Amor y Gratitud por Gaia, 
Bon Iver queridos amigos!!! 

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