Caos

El viento formando remolinos con las hojas secas me ha recordado algo que dijo Glad ayer. Ella enseñaba que antes solía ser muy ordenada, pero que ahora le encanta el caos. El caos es el perfecto caldo de cultivo de los milagros. Nada nuevo puede entrar si continúas con el viejo hábito de organizar, reordenar, predeterminar, definir, recolocar...Los enormes esfuerzos que hacemos tratando de imponer nuestro diminuto orden a la infinita creación, son bastante lamentables, y a menudo irrisorios, si no fuera porque suelen causarnos dolor y agotamiento. Luego, viene el Maestro, como ese viento otoñal, y levanta remolinos con nuestros muebles y con nuestras cosas, y ahí van volando nuestros papeles y nuestras relaciones y todos nuestros trajes que habíamos guardado tan planchaditos. Así que ahora estamos empezando a soltar, a dejar caer, a permitir que todo se mueva y que sea Él, el que suavemente deposite Su orden divino en nuestras experiencias humanas. Es sólo cuestión de confianza y sé que cuando me encuentro por encima del campo de batalla, siempre acabo diciendo: Gracias Padre por todos los huracanes de mi vida!!!!