Atardecer en el sabinar de Arcones, Segovia, España, verano 2018
Hoy estaba subida en una roca de granito en los alrededores del pueblo de Arcones, contemplando el atardecer. Mientras me encontraba allí arriba en mi atalaya preferida ha pasado una pareja de mediana edad (más o menos la mía) Iban paseando tranquilamente por el sendero que se dirige hacia el sol poniente, mientras su perro correteaba feliz, un poco por delante de ellos.
Justo cuando han rebasado la línea donde yo me encontraba subida a la roca, él ha pasado su brazo por encima de los hombros de ella, y así enlazados han continuado tranquilamente su camino.
He experimentado una infinita calma al contemplar esa escena. Eso es lo que quiero, he pensado. Y una profunda paz, sencilla y todoabarcadora me ha inundado el corazón.
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