miércoles, 20 de agosto de 2008

En la luna de agosto


Un instante sin tiempo desayunando en Murla.Un instante eterno en el que siento el corazón pletórico y un intenso amor por esta hermana que me trae el café. Ella es la camarera de un bar remoto, en un pueblo remoto, suspendido en la ladera, entre la mar y el cielo, entre naranjos, pinos, y palmeras...Jamás la he visto, jamás la veré, pero nos hemos mirado un momento a los ojos y he reconocido en su corazón, mi casa. Gracias a ti, hermosa sin nombre, y gracias también a Ányela por estar tan abierta a recibir Su mensaje, a Marisa por prestarse a jugar su papel, gracias a Rafael nagual, que destila entusiasmo del Gran Espíritu, gracias aFranciscoeldelhueso por tanta risa, a Graciela por su torrente de palabras uruguayas, a Lourdes por su incansable tesón, y gracias también a Virginia por prestarme su casa y su poema, que te dedico apasionadamente a ti, que me lees:


Amo como ama el Amor. No conozco otra razón para amar que amarte, ¿qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

GRACIAS.
sI, solo GRACIAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡