Este es mi pequeño homenaje de profundo amor y reconocimiento a todos los padres y madres, a todas las hijas e hijos, por su ternura y devoción, y por el amor incondicional que se encuentra tras cada una sus manifestaciones, tengan la apariencia que tengan. A mi Padre del cielo y a mi otro padre también del cielo, por todas esas veces que, segura en sus brazos, me enseñó a mirar las estrellas.
Paz
La felicidad de mis hijos no depende de mi; depende de ellos. No es mi amor lo que les hará felices, sino su propio amor.
M.Ruiz
M.Ruiz
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