sábado, 6 de septiembre de 2008

Plenitud de estío

Plenitud del estío, plenitud de mi ser, gracias por la madurez de este verano mágico, gracias por esa presencia de mí misma, gracias por este tiempo de espuma, arena y transformación, gracias por este tiempo de noches dulces, brisa, y conciencia, gracias porque a veces me he sumergido en su misterio como en un estanque tranquilo y sereno donde todo tiene la textura de otro mundo. El tiempo de dunas y cañaverales está llegando a su fin, pero jamás se borrarán los instantes de belleza que pasé bajo sus cielos estrellados...me enamoré de su luz, me enamoré de su hermosura y mi amor es para siempre...Y gracias también porque ahora a menudo encuentro caminos profundos que me conducen a otra dimensión...a ese lugar infinito en mi interior...y Sobre todo, gracias por mi santo hermano, a quién he dado muchos nombres que nunca sirvieron realmente para nombrarte. A veces te he llamado Isi y te he confundido con esa hermana que siempre pone a prueba mi entrenamiento mental, gracias por estar siempre ahí, gracias por tu ayuda insustituible, te amo con todo mi corazón. También te he llamado Juani, y con ese nombre me has ayudado a comprobar una vez más que dar y recibir es lo mismo, que tu transformación es la mía y ahora, cada vez que te veo, me vienen a la mente esas palabras de Jesús: mi resurrección se repite cada vez que conduzco a un hermano sano y salvo allí donde la jornada termina para no repetirse más... Y gracias también a ese ser que he llamado Ányela porque me subió a la montaña y conocí el hogar de las águilas, pero sobre todo porque juntas perdonamos ideas ancestrales que hacían daño y causaban sufrimiento. Profundo agradecimiento también a ti, a quién llamo el nagual, porque tu palabra certera bastó para sanarme. Gracias así mismo, a ti que te llamo la hermosa Isabel, porque te siento cercana, como mi hermana y compañera de blog. Infinito amor a ti, a quién he llamado Sergi, porque en mi mente siempre está tu incorruptible empeño en señalar hacia Él y porque cuando cierras los ojos y levantas la cabeza hacia el Cielo, en tu expresión veo claramente que Dios es un Hecho. Y ahora no tengo palabras para expresar el agradecimiento que siento por ti mi hermano Jesús, por tú presencia en mi mente, con profundo amor y reconocimiento te digo gracias porque tú estás haciendo conmigo lo que la noche hace con las estrellas, lo que hace la mañana con el rocío, lo que hace la primavera con las espigas....

No hay comentarios: