lunes, 5 de enero de 2009

Noche de Reyes



Muchas cosas salen cada año de la chistera de la Navidad: bolas, espumillón, luces de colores, memorias olvidadas de otra blanca navidad, cenas en familia, las ciudades se transforman, las gentes se transforman...

Eso que vagamente llamamos "sensación de Navidad" porque no tiene nombre, ni forma, ni sabemos como llamarlo, es un fenómeno similar al que se produce esas veces que Madrid se despierta cubierta por un hermoso manto blanco. En esos días mágicos, los transeúntes madrileños, habitualmente parapetados tras un individualismo distante y furibundo, intercambiamos miradas, sonrisas y gestos de complicidad durante nuestro particular viacrucis camino del trabajo, saludando a los copos y a los vecinos, alborozados como niños. Y es que la Navidad, como la nieve, tiene la particularidad de abrir los todos los corazones...

Así que estoy contenta de compartir contigo el hechizo de esta noche, una noche en la que, como un iceberg, se asoma en el mundo de lo profano, un ápice de la magia y la belleza que tan bien conocíamos de niños y que por un ínfimo instante habíamos olvidado. Mi deseo y mi regalo para ti esta noche, qué recuerdes...!!!
(La ilustración es de Ester García Cortés)

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