Pensaste que estabas separado de tu Creador y esa idea heló tu corazón. El terror te hizo creer que la única salida que tenías era el sacrificio del amor. Ahora, un pensamiento nuevo y claro se ha colado dulcemente en tus pesadillas. Escúchalo con atención porque en él radica tu salvación.
El Hijo de Dios es por siempre él mismo: nacido de nuevo a cada instante, inmune al tiempo y mucho más allá del alcance de cualquier sacrificio de vida o de muerte. Pués él no creó ni una ni otra, y sólo una le fue dada por Uno que sabe que sus dones jamás se pueden sacrificar o perder.
UCDM, 26, I, 7
2 comentarios:
gracias paz. te amo con todo mi ser.
Gracias a ti, Sara Preciosa!!!!
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