En el mismo centro de tu ser hay un manantial de agua pura, pero un día, cansado de que todo estuviera siempre encharcado, decidiste emprender ciertas obras de acondicionamiento. Hiciste una canalización con una cañería a la que añadiste un grifo. Para finalizar las obras cerraste el grifo y después te cortaste las manos. Pasó mucho, mucho tiempo, pero cuando casi estabas a punto de morir de sed, viste venir algo hacia ti. Era un paquete de regalo con un gran lazo rojo que se desató por sí mismo ante tu sorprendida mirada. De su interior surgió un hermosa mano que se dirigía hacia ti en señal de amistoso saludo.
- ¡Una mano! - le gritaste a Dios - ¡pero si yo lo único que había pedido era un poco de agua!
- Es una mano específicamente diseñada para abrir tu grifo.
-Ah sí, el grifo aquel...¿pero no estará demasiado oxidado?
- Es una mano específicamente diseñada para abrir tu grifo.
- ¿Seguro?...¿y no será para coger manzanas? He visto un manzano por aquí..
- Es una mano específicamente diseñada para abrir tu grifo.
- Pero...¿no es una mano demasiado bella para hacer obras de fontanería?
- Es una mano específicamente diseñada para abrir tu grifo.
- Ese grifo estaba en el corazón..¿voy a tener que dejarla entrar ahí?
- Es una mano específicamente diseñada para abrir tu grifo.
- Mmmmmmm....eh...no sé...¿estás intentando hacerme creer que que voy a tener agua siempre?
Dedico este día a mi mente recalcitrante que, con pasión, paciencia y coraje, está desaprendiendo las viejas lecciones de desesperanza que se enseñó a sí misma. Con profundo amor le digo: Hermosa mía, ¿qué daño crees que te harán los pensamientos felices?
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