El tiempo es un truco. No existe y sin embargo mi mente cree en él,
está atrapada por el encantamiento. Por eso, ahora, lo único que puedo hacer es ponerlo al servicio de mi único propósito, que es despertar a la realidad del ser. Una vez que la meta se ha fijado ya no hay nada más que yo pueda hacer. No puedo meter prisa a las semillas para que se apresuren a crecer, no puedo increpar a la primavera para que no tarde en llegar... ¿te imaginas un manzano pataleándo porque sus manzanas no acaban de madurar?Lo que trato de explicar es que existe un ritmo íntimo en todas las cosas, un ritmo natural que hay que aprender a respetar. Las ideas, como las fases de la luna, necesitan un momento para alcanzar su plenitud.
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